INDIFERENCIA: sentimiento de rechazo hacia otro sujeto, objeto o asunto determinado.
Se es indiferente a alguien cuando esa persona no despierta interés o motivación. Hay algo en ella que nos desagrada.
Supone un no querer saber nada de otro.
Los niños que reciben mensajes dobles o ambivalentes, con afecto y atención no constante, así como los que son víctimas de la indiferencia y apoyo principal, muestran gran sufrimiento emocional y desarrollan formas de relacionarse signadas por la ansiedad, inseguridad, aislamiento e indiferencia. Estos contextos de aspectos limitados o confusos, suelen ser contextos claves en la aparición de trastornos emocionales. (Teoría del Apego, Bowlby y Aiswhort )
La indiferencia es una forma de maltrato. Muchos niños se esconden ante ella mostrando un carácter inusual, como mecanismo de defensa. Se auto defienden por miedo al dolor por no haber sido satisfechos en sus necesidades de recibir afecto por parte de al menos uno de sus progenitores o tutores.
Más tarde el problema se trasladará en su adolescencia intentando sobrevivir psicológicamente frente a unas relaciones insanas con sus padres, pudiendo crear conflictos entre sus amigos, compañeros o social en general.
Por ello es importante que la persona se abra y se despoje de sus emociones, asumiéndolo como un saludable y beneficioso ejercicio para su desarrollo y crecimiento personal.
Seamos padres responsables en la salud emocional de nuestros hijos
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