Mateo
tiene unas marcas muy raras en el brazo, justo por encima de los codos, como si
alguien le hubiera clavado sus garras. Su madre las descubre una tarde cuando
lo mete en la bañera, y se asusta. Marta vomita todas las mañanas, da igual lo
que desayune, y ningún análisis logra dar con su dolencia. Siempre la misma
rutina: dolor de tripa, arcadas y al baño. A Carlitos ya no le gusta el
fútbol. Su madre ya no tiene que
decirle: “hijo, deja el balón y ponte a hacer los deberes”. Al principio fue un
alivio, pero ahora comienza a preocuparse.
Esos
padres, descubrieron después la verdad. Que Mateo se había echo las marcas él
mismo porque en un tic nervioso y auto defensivo se abrazaba desgarrándose la
piel con sus uñas. Que Marta vomitaba porque no sabía si esa mañana tendría que
volver a encerrarse en el baño del colegio mientras el grupo de compañeras
intentaba derribar la puerta. Y que a Carlitos el balón le recuerda las
humillaciones de sus compañeros de equipo: caraculo, gilipollas, eres un puto
inútil.
Siempre
un líder, siempre una victima. Y siempre una clase entera que sigue al más
fuerte.
El
caso de Ghyslain Raza fue uno de los primeros acosos virales. Hace 10 años
Ghyslain estudiaba en un colegio de Canadá cuando sus compañeros le grababan
haciendo una torpe imitación de Star Wars. Su bailecito dio la vuelta al mundo
propagado por internet (se calcula que lo han visto mil millones de personas).
Raza cuenta que sus compañeros de escuela la animaban a suicidarse y que se
sentía “como si mi vida no valiera nada”.
Convertido
en abogado, explica ahora lo que vivió para impedir más suicidios adolescentes.
Pueden,
sí, pero con ayuda. Con una escuela que quiera ver y que actúe. Con padres que
estén atentos a las señales, pero, sobre todo, si los padres de los
maltratadores dejan de mirar hacia el otro lado, admiten lo que hacen sus
pobres-queridos-hijos y ponen remedio. Un líder abusador no se hace de la noche
a la mañana.
INMA
INMA
Justamente ayer en Youtube ponían en los videos mas populares, el de un niño de aproximadamente 12 años bailando en una habitación a puerta cerrada, sin testigos. Pero su hermano a escondidas lo grabó y ahora el video circula en una red social y tiene más de un millón de visitas.
ResponderEliminarAl verlo, por curiosidad, en lugar de reir me imaginaba las burlas que ese niño recibiría de sus compañeros o gente mal intencionada
¿Cómo se mide la libertad de cada uno? ¿No existen protecciones para un menor?