viernes, 31 de mayo de 2013

Leyendas americanas

Hoy quiero compartir otra entrega de estas fabulosas leyendas.
Y he elegido EL RÍO PAEZ, en homenaje a nuestros amigos colombianos.

En Colombia hay una leyenda que explica el nacimiento del río Páez. 
Una vez, Chautéh, un joven indio ansioso de aventuras, decidió ir a explorar los alrededores.
Preparó una buena cantidad de alimentos, tomó su arco, las flechas y salió de la tribu, cerca del nevado de Huila, dispuesto a conocer nuevas tierras.
Había caminado un largo trecho cuando comenzó a sentir sed, buscó algún lugar donde hubiera agua pero no encontró nada.
Entonces siguió la marcha y al cruzar un monte vio un pantano. La superficie estaba cubierta por una gruesa capa de barro y hojas. Hundió su mano y descubrió en el fondo un pequeño manantial, intentó sacar agua pero la capa se cerraba pegajosa y el agua salía sucia. Buscó algo con qué salvarla y encontró una planta de carrizo, especie de pajones, como cañitas huecas. Arrancó una, la clavó bien profunda y sorbió el agua fresca del manantial saciando su sed.
Después decidió seguir su camino sin prestar atención a la cañita que había dejado clavada en el pantano. Y sucedió que el agua, que había empezado a emerger por el extremo de la cañita, siguió saliendo y formó una pequeña corriente que comenzó a seguirlo.
Cuando Chautéh se dio cuenta, sintió miedo y salió corriendo en dirección al sur pero e agua corrió detrás de él. Desesperado, trepó a un árbol y aquella endemoniada agua quedó estancada y rodeó el tronco formando un charco.
Como la corriente continuaba, el muchacho temió que el terreno se anegara quedando prisionero en el árbol. Entonces bajó de un salto y salio corriendo sin parar.
Más desesperado aún, comenzó a hacer zigzag tratando de no ser alcanzado, pero el agua parecía estar pegadas a sus talones.
De pronto se enfrentó con un gran río y tuvo una idea, sin dejar de correr se acercó a la orilla a toda velocidad y con hábil maniobra hizo que el agua que lo perseguía fuera a desembocar en el caudal del río dejándolo, por fin, libre.
Cuando Chautéh volvió a la tribu, contó su extraña aventura, pero jamás sospechó que el agua había estado encantada y prisionera en el pantano. Gracias a la cañita que había dejado clavada, pudo liberarse originando un río que ahora lleva el nombre de su tribu, Páez.
Este río nace en las proximidades del nevado de Huila y al llegar a la ciudad de La Plata zigzaguea tanto como lo hizo Chautéh, para luego desembocar en el Magdalena, uno de los ríos más importantes de Colombia
río Páez, Colombia

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