De
nada sirve que su madre le diga que si Barbie fuera real (49 kilos y 1,90) el
40% de los órganos vitales no cabrían en su tronco, sufriría diarreas crónicas
que podrían matarla. Además su cuello sería incapaz de sostener su cabeza, y
sus pies y tobillos se romperían al intentar ponerse de pie. Tampoco tendría la
regla ni hijos.
De
nada sirve que su madre le cuente a Marta que hay modelos y actrices que lucen
huesos en revistas y televisión porque dedican mucho tiempo y mucho dinero en
modelar sus cuerpos.
Hija
mía, tú y yo tenemos muchas otras cosas que hacer (y disfrutar) en esta vida, y
yo doy gracias por tener un par de minutos cada noche para limpiarme la cara y
ponerme crema nutritiva.
De
nada sirve tampoco que mamá le diga que algunas de esas modelos son tan
irreales que para tener una huesuda talla 32 engullen papel para no pasar
hambre y se nutren con suero inyectado en vena, como cuenta Kristie Clements,
ex editora de Vogue Australia. O como cuentan también algunos ángeles de
Victoria´s Secret. Según Adriana Lima dejan de comer sólidos varias semanas
antes del desfile. Al principio se alimentan solo de batidos de proteínas y
vitaminas. Nueve días antes del desfile pasan a batidos de huevo en polvo. Dos
días antes dejan que su cuerpo se deshidrate.
Y en las 12 horas previas ya ni si quiera se permiten un sorbito de
agua…
De
nada sirve. Porque Marta quiere ser como ellas. Lucir como ellas. Brillar como
ellas. Y, en el fondo, aunque no lo admita, quizá su madre también quiere. Solo
dos o tres kilos menos…para verse mejor…para que la vean mejor…
INMA
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