EL MENSAJE OLVIDADO
Poco después de la creación del mundo, el gran dios Tonatiuh gobernaba soberanamente sobre el día y la noche y los pájaros hablaban entre sí.
Fue en aquellos tiempos lejanos que el pájaro Cu empezó a hacer escuchar sus lamentos. En ese entonces su plumaje era gris y opaco; repetía sin cesar que el momento de la creación había sido muy maltratado, ya que el loro su pico verde como el agua, la garza hermosas plumas blancas, el huitzlin pecho y garganta del color del sol poniente.
Por supuesto había otros pájaros poco vistos, pero ninguno como el Cu. Sus quejas llegaron a oídos de la gran águila, señora de todas las aves, que quiso reparar esa injusticia. Consulto a la lechuza, conocida como sabia, quien después de meditar un poco le aconsejó de esta manera:
Demos a nuestros hermanos la belleza que le falta.
Entonces el águila resolvió con generosidad que cada pájaro debería dar algunas de sus plumas al pobre Cu.
Las demás aves, después de discutir el asunto, aceptaron con la condición de que se convirtiera en su mensajero.
Enterado el pájaro Cu, prometió de inmediato cumplir esa tarea y así uno tras otro le fueron cediendo algunas plumas de color.
Después de acercó tímidamente a una laguna para mirarse; quedó tan admirado de su belleza, que sin poder desprenderse de allí repetía sin cesar:
-¡Que lindo soy! ¡ Que hermoso!
Poco tiempo mas tarde el águila necesitó comunicar algo a sus súbditos y entonces ordeno a su mensajero que avisara a todas las aves el día y el lugar de esa reunión.
El día fijado esperó y esperó pero nadie se presentó.
Furiosa voló de nido en nido picoteando a todos los pájaros sin escuchar sus protestas de que no habían sido avisados. Ese griterío llego a oídos del dios Tonatiuh, quien muy enojado el comprobar que las aves no sabían escucharse entre si, les quieto el habla. Después pensó que habían intervenido en la discusión
A los otros solo les dejo que graznido.
Los pájaros se sintieron muy maltratados y buscaron el causante de sus males.
El pájaro Cu estaba absorto admirándose en las aguas de una laguna, cuando vio a lo lejos una bandada de aves que se acercaba amenazante.... en ese momento se acordó del mensaje y salió volando a refugiarse de en la espesura.
Desde entonces nadie volvió a verlo y la lechuza se sintió tan avergonzada por aquel consejo mal dado, que ya no se atreve a salir de día.
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