jueves, 4 de febrero de 2016

Juguetes tradicionales vs juguetes tecnológicos

Cuando era pequeña, jugar era muy lindo. Si estaba sola tenía mis muñecas, mis tacitas para el té, el juego de muebles para las muñecas articuladas. 

La creatividad nacía sola y el aburrimiento duraba poco.

Mucho después cuando comencé a trabajar como maestra de infantil, me gustaba incentivar a los niños a la creatividad del juego mediante la actividad de los Rincones didácticos ( artístico, dramatización, juegos tranquilos, lecto-escritura).
A través de ellos se puede detectar las habilidades de los alumnos y estimularlos en el desarrollo y aprendizaje de las diversas   áreas                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         
                                                                                                               
Con la aparición de los juguetes tecnológicos, todo ha cambiado.

La preferencia a usar este tipo de elementos como juego hizo que los métodos usados anteriormente pierdan interés.

La utilización de estos medios en el aula fue, es y será siendo un debate.

¿Qué juguetes usaban los pequeños antes de su aparición?

Rompe cabezas, encastres, muñecos, autos de carrera, camiones, los caballitos de colores y largas melenas,  los ladrillos para construcción, cocinitas, los muñecos que se transformaban, aquellos que eran un grupo de cuatro y luchaban por la seguridad del mundo, entre los más destacados.

Jugar a la pelota con amigos o con las muñecas y cambiarles el  vestuario, darles de comer, jugar a que eran ellas.

 Disfrazarse de señoras, princesas o hadas.

¿Qué usan actualmente los niños?

Hace unos años comenzaron con las consolas de gran diversidad en el mercado hasta llegar a las tabletas en la cual consiguen los juegos de las diferentes aplicaciones para entretenerse frente a una máquina, llamese tablet o computadora.

En los 90 los padres nos quejábamos que veían mucha televisión y que eso no era bueno, se hablaba de programas infantiles que veían y que eran perjudiciales para su cerebro.

Hoy hablamos que los niños tienen que aprender a usar las nuevas tecnologías porque el mundo globalizado así lo requiere para poder enfrentarse a un futuro competitivo.

¿Y qué pasa con ésto?
“No es cuestión de estigmatizar a los juguetes electrónicos: hacerlo equivale a no entender lo que en verdad hay que pretender de un juguete. Tradicional, didáctico, de construcción o tecnológico, es saludable si le permite al chico descargar sus fantasías”, asegura psicóloga Nora Vinacur, integrante de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
Para Vinacur, “sea de manera precaria o sofisticada, lo importante es que el niño pueda con ese juguete no sólo entretenerse o aprender (en el caso de los didácticos) sino también simbolizar”, es decir “procesar las situaciones de la vida (traumáticas en distinto grado). Y los juguetes electrónicos no quedan fuera de esa posibilidad”, asegura.
Además, “las pantallas no siempre provocan ensimismamiento; hoy muchas son interactivas y pocas provocan el efecto pasivo que a nosotros nos dejaba boquiabiertos largas horas frente a la TV”, explica Vinacur.
Con todo, “es importante diferenciar hasta qué punto el juguete es un medio de expresión y simbolización o puede provocarle al chico sólo ensimismamiento”, reconoce la autora de “Parentalidades”, quien asegura que ese riesgo resulta mayor en la medida en que los niños son más pequeños y el juego, menos concreto que virtual.
Más categórica en ese sentido, Roxana Morduchowicz doctora en Comunicación y autora de “Los Chicos y las Pantallas”, sostiene que el uso de juguetes electrónicos no es recomendable antes de los tres años de edad”.
“Como es mucho más fácil deslizar el dedo que presionar botones, las pantallas táctiles han achicado el tiempo en que los chicos comienzan a relacionarse ellas, algo que no es recomendable antes de los tres años de edad”, entiende la especialista de cultura juvenil.
Ahora, “padres y docentes de jardines maternales nos cuentan asombrados que niños de apenas dos años deslizan con toda espontaneidad su dedito por la pantalla de un televisor. Sabemos por qué lo hacen: lo táctil ha determinado que el vínculo de los chicos con las pantallas se produzca ya a los dos años; y ellos, que nacieron en un mundo de pantallas táctiles, creen que todas los son”, explica Morduchowicz.
No obstante, “existen razones corroboradas por estudios internacionales para que las tabletas y computadoras no sean manipuladas antes de los tres años de edad. Entre ellas se destaca la importancia de estimular la motricidad, opuesta al sedentarismo que propone la pantalla, y la necesidad de que en la etapa temprana de la primera infancia, que es ‘concreta’, el niño se conecte con la vida real. En suma, conviene “posponer el ingreso de los más chicos al mundo virtual” recomienda Morduchowicz al expresar que “ ya tendrán suficientes pantallas después”.
A su entender, lo aconsejable es “no alentar el uso de juguetes electrónicos en los chicos antes de los tres años; y acompañarlos siempre en su uso a partir de esa edad y hasta los seis o siete años cuando esos juguetes pueden ser para ellos tanto un medio de recreación como una herramienta para su desempeño escolar”.
(Artículo del periódico EL DÍA)

Como dato de preferencia, los juguetes más vendidos para los niños fueron:
Celulares, tablets, consolas, videojuegos

NOTA: Imágenes de Google

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