Quienes somos de la generación de los 70, encontrábamos en las cosas simples la forma de divertirnos y pasarla bien.
Estar en la calle con el grupo de amigos del barrio, era lo que se usaba. Nos juntábamos en la puerta de alguno y sentados ahí, pasábamos el tiempo mirando las revistas que coleccionábamos, los últimos juegos de mesa, el "pala-poing", una pala que venía con una bola atada a una cuerda. Las salidas a dar "la vuelta manzana" con las bicis o en la plaza del barrio, donde también jugábamos en los columpios, toboganes y demás juegos. Siempre llevábamos una pelota y las muñecas para variar el juego, y ahí pasábamos las horas...
En los recreos del colegio o con grupo de amigos, la goma o elástico era fundamental. Necesitábamos ser tres. Igual que la soga o cuerda, aunque ahí podían incorporarse más e intentábamos difrenetes saltos, entradas y salidas.
Y mientras tanto, los varones jugaban a las chapas, figus, canicas o bolitas, los coches plásticos a los cuales les agregaban plastilina y una cucharilla...
Siempre buscábamos a alguien con quien jugar y nos entreteníamos con poco. Y niñas y niños compartíamos juegos.
El mundo cambia y con ello las costumbres se transforman en base de los
adelantos. Llegaron los productos tecnológicos. Con la aparicion de las
viideoconsolas el entretenimiento consistía en juntarse con los amigos a estar
frente a un aparato. Encerrarse en la casa en luigar de pasar tiempo al
aire libre...
Menos mal que en los 90 también llegaron las "actividades extraescolares". El fútbol, danza, balonmano, gimnasia, natación, guitarra, idiomas y demás, hicieron que nuestros hijos tuviesen qué hacer al salir del colegio. Es que ochos horas, como algunos solían tener, no era suficiente. O el niño de esa década era tan hiperactivo que necesitaba más, o el simple hecho que realizar una actividad deportiva o artísitica era y es conveniente para su desarrollo.. Hasta aquí, totalmente de acuerdo. El tema está en saber poner el límite...
Y como la globalización y el mundo tecnológico avanza a pasos agigantados, las portátiles, tablets y teléfonos de última generación o smarthphones, fueron ganando terreno a esta vorágimen de avances y hoy día es normal que un niño, ya a las ocho años, tenga portátil, tablet y móvil. Qué le daremos al llegar a la mayoría de edad..., ya veremos. Hay muchos años por delante y probablemnete el mundo de la tecnología nos brinde algo más. No nos preocupemos por ello....
La cuestión es que aquellos inocentes juegos que hacíamos hace cuarenta años atrás, y que hoy día están en desuso, nos proporcionaba, quizá, el deporte que no practicábamos, el tiempo al aire libre que hoy escasea, el estar conmpartiendo un mismo juego con otros niños, al cual hoy lo reemplazamos por un monitor, grande o pequeño. Los juegos online o virtuales nos brindan la posibilidd de jugar con otro sin que esté a nuestro lado...
Juegos y formas de jugar de ayer y de hoy. Mundo virtual, Nuevas tecnologías. Juegos en compañía.
Muchas diferencias. La principal, es que antes nos conformábamos con poco. Ahora es todo consumo y los niños demandan porque quieren tener lo que el amigo o compañero tiene.
Cada padre es responsable de la educación de sus hijos y cada uno sabrá qué y cuándo dar.
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