Aquí Inma nos deja unas pautas a seguir.
¿Qué es el hábito de
estudio?
El hábito de estudio se define como la repetición del
acto de estudiar realizado en el mismo lugar a la misma hora y de la misma
manera. De esta forma, el hábito crea la disposición para estudiar y, al exigir
menos esfuerzo, facilita la realización de las tareas.
El hábito de estudio lleva implícito factores y
procesos que son fundamentales para el desarrollo de los niños, como la
atención, la concentración y la memoria.
¿Por qué es importante
el hábito de estudio?
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Los
niños adquieren un método a través del cual estudian más con menos esfuerzo.
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Ayuda
al niño a desarrollar su capacidad de autocontrol, la perseverancia en la
consecución de objetivos, tanto a corto como a largo plazo, la relación que
existe entre esfuerzo y recompensa y la
importancia de la disciplina y la fuerza de voluntad para alcanzar metas
propuestas.
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Todo
ello conduce necesariamente, a que el niño se vea a si mismo CAPAZ y CONFIADO
en sus capacidades y contribuirá al desarrollo de una sana autoestima.
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El
estudio ayuda a los niños a desarrollar sus capacidades lingüísticas y
cognitivas, como la atención y la memoria. Es igualmente importante para la
maduración personal y social.
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A
través del estudio, los niños adquieren los conocimientos necesarios para su
día a día y para su futuro profesional.
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Los
niños con buenos hábitos de estudio serán más capaces de adaptarse y desempeñar
con éxito las tareas encomendadas posteriormente en sus futuros puestos de
trabajo.
Dificultades
relacionadas con el hábito de estudio.
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Problemas
de atención, concentración y/o memoria.
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Falta de motivación.
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Autonomía
en el estudio: problemas para estudiar solos. Uno de los motivos más habituales
de consulta es la desesperación de los padres porque sus hijos no saben
realizar sus tareas escolares solos y demandan constantemente la presencia de
un adulto para llevarlas a cabo.
¿Cómo crear el hábito
de estudio?
Crear el hábito de estudio requiere la repetición de una
técnica y que ésta sea eficaz, es decir, que se traduzca en un rendimiento
académico adecuado a la edad de cada niño. Se trata de enseñar al niño las
estrategias necesarias para asimilar los conocimientos con éxito.
En la instauración de un hábito de estudio, el papel de la
familia es muy importante: los padres facilitan el desarrollo de hábitos de
estudio adecuados cuando proporcionan las condiciones ambientales y educativas
adecuadas a sus hijos. Los padres han de procurar mantener una actitud que
despierte en su hijo la curiosidad por conocer e investigar el mundo que les
rodea.
Conviene tener en cuenta que los niños que han crecido sin
rutinas y normas claras tienen más dificultades para empezar con la adquisición
de un hábito nuevo, como es el hábito de estudio, que requiere poner en
funcionamiento capacidades atención, concentración y memoria y que exige un
entrenamiento desde el primer momento; un entrenamiento que ha de estar siempre
adaptado a la edad y la capacidad de cada niño.
INMA
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