Se sabe que la educación empieza por casa.
La familia es el pilar de toda persona, la base de dónde obtendrá sus valores y principios.
Como padres, somos responsables de ir marcando un camino que les servirá de guía para que en el futuro se conviertan en mejores personas, superándonos.
La escuela, aportará los medios necesarios y será el ambiente donde aprenderán todo aquello que les aportará cultura, los hará sociables interactuando junto a sus pares y maestros.
He descubierto una carta que el Ingeniero Carlos Slim Helú leyó cuando recibió el Grado Honorífico de Doctor, por su trayectoria filantrópica y sus contribuciones a los negocios y al desarrollo comunitario en México y América Latina.
Me parece una visión muy buena y por eso vale la pena tomarse un tiempo para leerla.
Buenos días.
Mi familia y yo estamos muy orgullosos de
este nombramiento honorario y particularmente de estar con ustedes en
nuestra ceremonia de graduación.
Hago extensiva mi gratitud por esta distinción a la Junta Directiva y al Presidente Knapp de la Universidad George Washington.
Hace 18 años, en 1994, escribí una carta a
los estudiantes que participaron en la ceremonia de la American Academy
of Achievement; la he reescrito para leerla hoy a ustedes y expresarles
algunas ideas, así como algunas conversaciones y lecturas que he tenido
en mi vida. Espero contribuir a su manera de pensar y vivir, a su
compromiso social, su fortaleza emocional, su sentido de
responsabilidad, su madurez y, sobre todo, su verdadera felicidad, que
es el producto de quiénes son y cómo se conducen en la vida diaria.
El éxito no tiene que ver con el
reconocimiento de los otros, ni con opiniones externas porque es un
estado de ser interior: es la armonía del alma y las emociones nutridas
por el amor, la familia, la amistad, la autenticidad y la honestidad, es
decir, los valores fundamentales y permanentes que son muy superiores
al “éxito” profesional, económico, social o político.
Fortaleza y balance emocional son parte de
nuestro yo interior y son adquiridos evitando sentimientos negativos
como la envidia, los celos, la arrogancia, el egoísmo y la ambición,
sentimientos que son un veneno que se ingiere poco a poco, El pesimismo
crónico nos conduce a la mediocridad.
Cuando des no esperes recibir. “El aroma
permanece en las manos de quien regala rosas”, dice un proverbio chino.
No permitamos que los sentimientos y las emociones negativas dominen
nuestro espíritu. El daño emocional no viene de terceros, es cultivado y
desatado dentro de nosotros mismos. Recuerden que nuestros pecados son
perdonados por Dios, no por nuestro sistema nervioso.
No confundamos valores ni menospreciemos
principios, la vida es un camino muy largo que es transitado muy rápido.
Vive el presente plena e intensamente; no permitas que el pasado sea
una carga, el futuro puede ser un incentivo. Vive con un sentido de urgencia al corear, innovar, resolver y construir.
Aquellos que crean su propio futuro son capaces de influir en la realidad. No ignoren esta verdad.
Vive con sentimientos positivos como amor,
amistad, lealtad, valor alegría, buen humor, optimismo, autoestima,
paz, serenidad, paciencia, confianza, tolerancia, responsabilidad y
compromiso. No permitas que los sentimientos contrarios invadan tu alma,
no permitas que inhiban tu espíritu, no permitas que se arraiguen,
mantenlos alejados de ti.
Muchas veces cometerás errores, lo cual es
humano y normal, pero trata siempre de que sean pequeños, aceptarlos
una vez cometidos, corregirlos y olvidarlos. No te obsesiones con ellos;
recuerda que el cielo y el infierno están dentro de nosotros.
Lo más valioso en la vida no tiene precio:
amor, amistad, naturaleza, formas, colores, sonidos, olores y sabores
que percibimos con nuestros sentidos, sentimientos que sólo son
apreciados cuando estamos despiertos y abiertos al goce de la vida.
Nacer es un milagro, debemos amar siempre
la vida, incluso en las peores circunstancias; eso nos fortalece y
desarrolla un sentimiento positivo dentro de nosotros y hacia los otros.
Vive sin temores ni culpa: el miedo es el
peor sentimiento de los seres humanos; nos debilita, inhibe la acción y
nos deprime. La culpa es una carga tremenda que gravita sobre nuestro
pensamiento, nuestras acciones y nuestras vidas. El miedo y la culpa
hacen muy difícil el presente y obstruyen el futuro.
Aceptémonos como somos, con nuestra realidad, nuestros méritos y nuestro pesar.
La ocupación desplaza a la preocupación, y
los problemas desaparecen cuando los enfrentamos. Los problemas deben
hacernos más fuertes cada vez que los encaramos. Aprendamos de nuestros
fracasos; nuestros éxitos deben ser estímulos silenciosos, Actúa
siguiendo los dictados de tu conciencia siempre, es imposible engañarla.
Vive con tu inteligencia, tu alma y tus sentidos despiertos y alertas: ama y goza la vida.
Tenemos la fortuna de vivir en una nueva
civilización generosa y virtuosa, basada en la libertad, la democracia,
la diversidad, el pluralismo, el conocimiento, los derechos humanos, la
tecnología, la innovación, la competencia, la creatividad, la
globalización, la movilidad social y el cuidado ambiental, donde el
desarrollo se sustenta en el bienestar de todos.
Combatir la pobreza y la ignorancia no
sólo obedece a razones éticas, sociales y morales, sino que también es
una necesidad económica.
Estamos comprometidos a desarrollar
capital humano, salud verdadera y educación moderna de alta calidad,
vinculadas al crecimiento de banda ancha y promoviendo las actividades
que crearán los nuevos empleos en tecnología de la información y las
comunicaciones, desarrollo de contenidos y aplicaciones, desarrollo de
empresas micro, pequeñas y medianas, cuidado de la salud, educación,
cultura entretenimiento, turismo, capital físico, vivienda y servicios.
Necesitamos educación, educación y más educación así como empleos,
empleos y más empleos.
El trabajo bien hecho no es sólo una responsabilidad, sino una necesidad emocional.
Todas las crisis son oportunidades de fortalecimiento y de cambio para mejorar.
Con tu educación, talento y esfuerzo es tiempo de trabajar por los cambios correctos, es tiempo de hacer un mundo mejor.
Al final de nuestras vidas nos vamos sin
llevarnos nada. Pero debemos dejar un mundo mejor para nuestros hijos y,
lo más importante, mejores hijos para nuestro mundo.
Felicidades.
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